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Siento ponerme un poco moralizante, pero acabo de tener una experiencia y no me puedo reprimir. No ha sido gran cosa, pero me he hecho reflexionar sobre el asunto. El hecho, suceso, o acontecimiento ha sido una cosa tan simple como el caos circulatorio que se ha montado en Badajoz, ocasionado por dos personas han aparcado mal, y con tan mala suerte, que han impedido girar a un autobús urbano. Las consecuencias ya se la imaginan ustedes, un montón de coches bloqueados en dos calles y sus ocupantes apunto de un ataque de nervios.

Todo ello me ha llevado a pensar en lo importante que resulta cumplir las leyes establecidas, sobre todo en los asuntos pequeños o aparentemente menos importantes. Estoy convencido que los ciudadanos que han aparcado mal sus coches son cumplidores de las leyes en aquellos aspectos denominados "importantes". Sin embargo, en este caso, no han valorado suficientemente las consecuencias que tiene este aparente "insignificante incumplimiento": un montón de ciudadanos han sufrido las consecuencias de su acción, al menos más de media hora, que es lo que yo he tenido posibilidad de contemplar el citado suceso.

Por tal motivo, considero fundamental cumplir las leyes y enseñar a cumplirlas a nuestros alumnos, sobre todo en estos considerados "pequeños" pero importantes aspectos, como son las normas de tráfico u otras similares. Estas leyes se hacen para garantizar un mejor convivencia y una seguridad ciudadana.

Cumplir la ley y enseñar a cumplirla es una tarea importante que podemos llevar a cabo en nuestras clases y más si son de Educación para la ciudadanía o de Ética cívica. Cumplir la ley en un Estado de derecho es una buena acción moral.

Por eso me disgusta tanto el follón que algunos padres han montado con la asignatura de marras, si la consideran inconstitucional recurran a los tribunales y no monten tanto jaleo, sobre todo con sus hijos y  enséñeles a cumplir la ley.

Y saben ustedes, ¡aparquen bien!, el resto de los ciudadanos nos merecemos un respeto.

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