La letra con sangre no entra. Quien bien te quiere no te hará sufir, te hará reír
Hace ya dos o tres meses un amigo me preguntaba, si realmente la educación y el sistema educativo español eran tan desastrosos como aparecían en los medios de comunicación, sobre todo teniendo en cuenta las comparativas que se hacen a partir del denominado Informe Pisa.
Es cierto que últimamente se viene hablando de lo mal que va la enseñanza pública, el último referente mediático es el profesor de Lengua y Literatura Pablo Poó Gallardo en el IES Mirador del Genil de Iznájar (Cordoba) cuyo vídeo Carta a mis alumnos suspensos se ha convertido en "viral" es una muestra de ello. El domingo 15 de enero el periódico El Pais publica una referencia sobre este profesor en cuyo titular se afirma: "Este sistema educativo crea inútiles"
Parece que existe una amplia tendencia en desprestigiar nuestro sistema educativo, que no es que sea para tirar cohetes, pero tampoco es tan desastroso. Igualmente, me da la impresión que la solución fundamental, que proponen los proclamadores de estas tendencias no es otra que la de incrementar los niveles de esfuerzo.
Algunas de las personas que manifiestan esta opinión, provienen del ámbito educativo, es decir son profesores o maestros. Cierto es que muchos docentes realizan su labor educativa en unas condiciones que son poco propicias. Creo que esta circunstancia hace que, se parta de una visión paracial de la realidad y se llegue a conclusiones poco afortunadas. Analicemos algunas de las afirmaciones que el profesor Poó esgrime y veamos hasta qué punto están justificadas.
- ¿Los alumnos no estudian porque no saben nada de la vida; y no lo saben porque lo tienen todo? Los alumnos no estudian por múltiples razones y muy diversas (desde el aburrimiento, la falta de motivación, la falta de expectativas sociales,) y no saben de la vida no porque lo tengan todo, sino porque son muy jóvenes y la sociedad les está vendiendo milongas. La mayoría de los jóvenes que estudian también tienen todo y no por ello dejan de estudiar.
- ¿La vida es una putada? No es que sea una putada, más bien la vida es algo fenomenal que podemos disfrutar, solo que algunos se empeñan en amargárnosla. Eso no quiere decir que no esté exenta de dificultades y que no sea bueno prepararse para ellas.
- ¿Desconfiar de todos aquellos que quieren que seas feliz entre los 12 y los 16? Yo diría que hay que desconfiar de todos aquellos que pretenden que seamos infelices a cualquier edad. La felicidad nada tiene que ver con el cumplimiento o no de las tareas escolares, ni con las adaptaciones curriculares y cosas por el estilo.
- ¿Este sistema educativo crea inútiles? Pues sucede que todo sistema educativo da a luz a diversos perfiles de personas, que van desde las muy preparadas a las deficientemente preparadas, que no inútiles. ¿Por qué entonces el IES Claudio Moyano de Zamora está a la altura de Finlandia en las clasificaciones del Pisa?
- ¿Es muy difícil suspender a un alumno? No sé cómo funciona este asunto en su centro, pero a nivel nacional hay un amplio porcentaje de suspensos. Según los últimos datos del Ministerio, publicados por la Agencia EFE 76,8% se tituló en la ESO y el 54,8% en Bachillerato en el curso 2013/2014. Por lo que hay más de un 23% que no se titula, y a los que el profesorado no les ha resultado difícil suspender.
- ¿Gran parte del problema viene de la moda del refuerzo positivo? El uso del refuerzo positivo no es que sea una moda, que puede que sí, pero es una técnica de modificación de conducta que bien utilizada consigue buenos resultados. No es conveniente desechar los conocimientos científicos que la psicología aporta al aprendizaje. Ahora bien, hay que saber utilizar dichas técnicas y para eso no todo el mundo está preparado.
Bueno no es cuestión de seguir ahondando, ya hemos visto una muestra significativa.
La situación de nuestro sistema educativo es la que es, pero la solución a nuestros problemas no va a venir incrementando el nivel de sufrimiento de los alumnos, es decir aumentando las exigencias. Creo que los profesores, en general, mantenemos los niveles establecidos en el currículo y los que no lo hagan están incumpliendo la legislación. Por cierto, si comparo el actual currículo de filosofía (LOMCE) y el de la LOGSE con la legislación de mi época de estudiante, tanto los contenidos, los criterios de evaluación y los "estándares de evaluación" son mucho más exigentes que los que establecía la Ley de Ordenación de la Enseñanza Media de 1953 o la Ley General de Educación de 1970, que solo pedía que se memorizaran contenidos.
Debemos tender a mantener un nivel adecuado de preparación de nuestros alumnos, sin hacer rebajas para mejorar las estadísticas, ya que es importante que los alumnos adquieran un nivel adecuado de conocimientos y una capacidad de análisis crítico, a fin de que sean capaces de pensar por sí mismos y tomar decisiones de la forma más libre posible.
En fin, ¡que sí!, que hay que mejorar muchas cosas, organización de los centros, instalaciones, ratios de alumnado, currículos superinflados de contenidos, y un montón de cosas más. Pero también hay que cambiar las metodologías de clase, y eso no es rebajar los niveles, si no hacer las cosas de forma diferente. En el siglo XXI, con el desarrollo de Internet y las tecnologías de la información y la comunicación, no se puede seguir dando clase desde la cátedra al estilo de Fray Luis de León. Ante el abismo que se produce entre la dinámica escolar y los encantos que nos venden los poderes dominantes a través de los medios de comunicación, habrá que probar nuevos procedimientos, que ayuden a salvar distancias y permitan integrar a aquellos para los que la escuela no es más que un centro de obligada permanencia. No hay que rebajar niveles, hay que cambiar la forma de llevar a cabo los procedimientos de enseñanza y aprendizaje
Si esto lo podemos hacer de tal manera que los alumnos disfruten, pues seguro que los resultados mejorarán. La letra con sangre no entra, quien bien te quiere te hará reír.
Imagen de efes, bajo licencia CC0