A la búsqueda de método único
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Imagen 15 ecuación
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Para dar una solución a esta problemática, Descartes va a asumir la autonomía de la razón como facultad única de conocimiento válido, una razón que se caracteriza por seguir el modelo matemático triunfante en la ciencia galileana.
Puesto que la razón es única, sólo existe una única forma de conocimiento y un único método de conocimiento. Por tanto, se da una unidad orgánica de las ciencias, en la que la metafísica es la raíz, la física el tronco y las ramas las distintas ciencias.
"Todas las ciencias no son sino la sabiduría humana, que permanece siempre una y la misma por más que sean diferentes los objetos a los que se aplica"
Reglas para la dirección del espíritu I,
La razón de la certeza matemática es que la matemática procede deductivamente, con este proceder no cabe la posibilidad de dudar. Mientras que si nos basamos en la experiencia, ésta siempre puede ser engañosa, puede darnos ahora un resultado, luego otro; siempre podemos haber visto mal. Las verdades que no admiten duda son verdades que no dependen en absoluto de la experiencia sino que construyen el entendimiento en sí mismo. Este es el ideal de certeza, tomado de las matemáticas, que Descartes pretenderá ampliar al conjunto del saber: un proceder de la mente que signifique la imposibilidad absoluta de dudar.
En definitiva, el proyecto cartesiano de unificación del saber sigue el siguiente plan:
- La formulación de un método.
- La formulación de unas reglas de moral provisional. Puesto que la moral definitiva sólo puede ser establecida al final, junto con el cuerpo de los saberes, y mientras tanto hay que seguir viviendo, se necesita unas reglas de conducta provisionales.
- El desarrollo de las ciencias, comenzando con la metafísica, siguiendo con la física y concluyendo con las demás.
Resumamos: lo fundamental para la constitución del saber estriba en el método. De ahí que, dada la centralidad del método para el pensamiento, Descartes llega a escribir:
"Es mucho más acertado no pensar nunca en buscar la verdad de cosa alguna que hacerlo sin método"
Reglas para la dirección del espíritu I
Por ello, es necesario describir cual es este método único que, de hecho, unifica el conjunto de todas las ciencias.
La función del método es evitar el error y descubrir nuevas verdades. El modelo del método no será otro que el modelo matemático de análisis y síntesis. El método se resume en cuatro reglas:
- Evidencia: no admitir como verdadero aquello que no se me presente con evidencia como tal, es decir, aquello que se me presente como verdadero sin ninguna duda.
- Análisis: dividir cada una de las dificultades en tantas partes como fuera posible, Ya que sólo se puede encontrar lo evidente en lo simple.
- Síntesis: conducir los pensamientos desde lo más simple a lo más complejo.
- Enumeración: efectuar revisiones de las cadenas deductivas, para no olvidar nada.
Un nuevo criterio de verdad
Si te fijas, en la primera regla se establece un nuevo criterio de verdad: la evidencia. Lo verdadero es lo evidente.
- - ¿Pero qué es lo evidente?
- - ¡Buena pregunta! Descartes lo define con dos notas: claridad y distinción. Una idea es clara cuando está separada y es conocida separadamente de las demás ideas. Una idea es distinta cuando sus partes o componentes son separados unos de otros y conocidos con interior claridad.
- - Basta que un contenido mental se presente a mi espíritu con claridad y distinción para que el mismo sea verdadero.
¡Fíjate en la novedad!
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Imagen 16 La realidad como representación mental
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La verdad o falsedad de una idea no consiste, como para los griegos y los escolásticos, en la adecuación o conformidad con la cosa: las cosas existentes no nos son dadas en sí mismas sino que aparecen como ideas o representaciones a las cuales suponemos que corresponden realidades fuera del sujeto de conocimiento (yo). Con ello, cambia el concepto de verdad, ésta ya no consiste en la adecuación del pensamiento con la realidad, sino en un criterio subjetivo, la evidencia que tiene el sujeto respecto de sus ideas. El sujeto se convierte así en elemento de referencia. Pero el material del conocimiento no es nunca otro que ideas de diferentes clases y, por tanto, el criterio de la verdad de las ideas no puede ser, según este planteamiento, extrínseco, sino que debe ser interior a las ideas mismas:
"las cosas que concebimos muy clara y distintamente son todas verdaderas" (DM, IV)
"es seguro que nunca tomaremos por verdadero lo falso si tan sólo prestamos asentimiento a lo que percibimos clara y distintamente" (Principios de filosofía, I)
Aparece así la filosofía moderna con el establecimiento, por parte de Descartes, de toda la certeza del pensar sobre la propia subjetividad. Esta idea de subjetividad, entendida como identidad de conciencia consigo mismo, es el fundamento absoluto de todo saber.
La evidencia como intuición
Ten presente otra novedad. La evidencia ideas claras y distintas se alcanza en la intuición, y esta operación de la inteligencia es inmediata (no existe ningún procedimiento de mediación deductivo o inductivo), es decir, revela directamente la verdad de la idea considerada por la mente.
En las Reglas para la dirección del espíritu Descartes define la intuición como "la concepción que aparece sin esfuerzo y tan distintamente en una mente atenta que quedamos completamente libres de duda en cuanto al objeto de nuestra comprensión"
La deducción se abre paso en el método
Junto a la intuición, Descartes admite una segunda operación de la inteligencia: la deducción "todo lo que se concluye necesariamente a partir de otros hechos que son conocidos con certeza" Reglas III. Por la deducción "muchas cosas se conocen con certeza (es imposible la duda) aunque ellas mismas no sean evidentes". Descartes la caracteriza como una especie de movimiento o sucesión del pensamiento que, en cada acto, va intuyendo cada cosa, separadamente, por lo que requiere de la memoria como soporte. La deducción es mediata y temporal.
Análisis y síntesis
La segunda y tercera regla del método expresan el camino que conduce a la evidencia misma:
- el análisis divide las dificultades (los problemas) hasta alcanzar los elementos simples, esto es, hasta alcanzar aquellas ideas que ya no admiten división o sea, hasta alcanzar los elementos que constituyen el último término del conocimiento (a éstos los llama Descartes "naturalezas simples") y que son objeto de intuición.
- la síntesis ordena las naturalezas simples en cadenas deductivas de modo que todo enlace entre aquéllas se imponga con evidencia. Resumiendo, se puede afirmar que es la búsqueda ordenada de lo simple lo que caracteriza el proceso metódico cartesiano.
En resumen: La evidencia acontece en la intuición, que es un acto puramente racional, por el que la mente ve de modo inmediato y trasparente una idea. Esta evidencia sólo puede captarse en lo simple, de ahí la necesidad del análisis, que permite resolver la complejidad de las Ideas, para captar su verdad; una vez que se tiene clara la verdad de las mismas, sólo resta deducir correctamente y construir, así, el edificio del saber.
Descartes está convencido de que, igual que sucede en las demostraciones de la geometría, todas las cosas que el hombre puede conocer se siguen unas de otras según un orden que es posible reconstruir. La confianza en la razón es total ya que siguiendo ese orden y absteniéndose de tomar por verdadero lo que no sea tal, Descartes afirma que:
"no puede haber algunas verdades tan alejadas de nuestro conocimiento que no podamos, finalmente, conocer, ni tan ocultas que no podamos llegar a descubrir" (DM, II)
Bien, una vez que ha quedado expuesto el método, queda encontrar una verdad absolutamente evidente, sobre la cual sustentar su sistema y deducir todo lo demás. Estos son los principios metafísicos.