4. Lo real más allá de la física. La metafísica

Icono IDevice La dimensión unificante y universal del ser

Hasta ahora hemos tratado sobre la visión física de lo real, es decir la realidad en movimiento. Pero esta experiencia de la variabilidad y mutabilidad fuerza a Aristóteles a preguntarse por lo que las cosas son, es decir la esencia de las cosas.

Esta es la visión metafísica de lo real, o dicho de otra forma el estudio del ser-en-cuanto-ser (las características universalesde todos los seres) y de los principios o causas primeras del ser.

Fíjate como aparece de nuevo el viejo problema de lo uno y lo múltiple, al que Aristóteles intenta dar una solución. Lo que Aristóteles pretende es,una vez salvada la multiplicidad real del movimiento, llegar a unadimensión unificante y universalizadora del ser.

El ser como sustancia

imagen del efecto luminoso tras la explosión de un cohete pirotécnico
Imagen 10. La sustancia

La solución que Aristóteles aporta es el concepto de sustancia. El ser se dice en varios sentidos (grande o pequeño, está cerca o lejos, etc), aunque se dice en orden a una sola cosa y a cierta naturaleza única, la sustancia. Así, aunque el ente se dice de varios modos, todo se dice en orden a un sólo principio que es la sustancia.

La máxima unidad del ser radica en la sustancia. La pluralidad de sentidos del ser se dice respecto a una sola cosa que es el fundamento de tal pluralidad y diversidad del ser. Los accidentes son los diversos sentidos que se predican del ser, es decir de la sustancia.

La sustancia, denominada por Aristóteles "ousía", es aquello de lo que depende lo demás, la causa del ser de todas las cosas y también lo que responde a la pregunta ¿qué es?. Por tanto, podemos establecer dos sentidos, al menos, del término sustancia:

  • Como substrato o carácter subsistente del sujeto, es decir lo que existe por sí sin depender de nadie (los accidentes no existen por sí, sino que dependen de la sustancia).
  • Como esencia, forma o configuración de cada ser, la causa inmanente (propia o interna) del ser.

Según esto la sustancia puede significar el esto concreto e individual, pero también la determinación esencial de alguna cosa. De ahí la distinción que Aristóteles hace entre sustancia primera y sustancia segunda.

La sustancia primera es el individuo concreto que existe con independencia y por sí y es un compuesto de materia y forma.

La sustancia segunda es algo común a los diversos individuos de una especie o género. Es lo esencial, lo específico, lo genérico. Las sustancias segundas se pueden predicar (afirmar o decir) de las primeras, pero no viceversa, puesto que lo decisivo de la sustancia primera es que no puede ser predicado, de ellas se predica todo lo demás.

El interés por lograr una identidad definible llevó a Aristóteles a destacar la igualdad específica de los múltiples individuos pertenecientes a una clase de seres, a destacar lo universal. Pero este universal no existe de forma separada de las cosas como afirmaba Platón. La sustancia segunda no existe separada, sino que está presente en todas y cada una de las sustancias primeras.

Los accidentes del ser

Si la sustancia no depende de nada, los accidentes son realidades que no pueden ser sino es en otro, es decir sino son en una sustancia.

Si consideramos esto desde la perspectiva de una proposición lingüística, los accidentes son el predicado que se atribuye a un sujeto (la sustancia).

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