6.3. El Estado ideal y otras formas degeneradas.

Icono IDevice Estado cerrado, pero no despótico ni tiránico

Es posible, que al final esté quedando una visión excesivamente negativa de Platón. Lo cierto es que su teoría política, como hemos visto, tiene muchos aspectos criticables. Pero, a pesar de todo, no podemos terminar dando la imagen de Platón déspota, tirano y dictador. Es cierto que Platón propugna un sistema político cerrado, en el que la libertad está bastante limitada, en función de conseguir un Estado perfecto. Pero también es verdad, que a Platón le repugna cualquier tipo de régimen político que se centre en los intereses individuales y se olvide del bien común. El claro ejemplo de ello, lo podemos observar con las distintas formas de gobierno que Platón considera perjudiciales.

Comencemos viendo cuáles son las formas adecuadas de gobierno, para conseguir el Estado perfecto y finalmente pasaremos a analizar las formas imperfectas o degeneradas.

La forma ideal de gobierno

 Imagen 13. Discurso político

Bueno, pues tras lo expuesto, ya solo nos queda concluir en la definición de la mejor forma de gobierno. Prácticamente todo está dicho y solo queda poner el nombre. Todo dependerá si el gobierno recae en manos de uno (monarquía) o en manos de varios (aristocracia) o en manos de muchos (politeía). Si bien en La República Platón parece decantarse por la monarquía o la aristocracia, en el Político establece tres tipos de gobiernos justos, aunque los ordena según su mayor adecuación y eficacia: monarquía, aristocracia y politeía.

Parece que está claro que el número de participantes en el gobierno es importante, ya que a medida que se incrementa en número, el gobierno se debilita. Sin embargo, lo realmente importante es que el gobierno se ajuste a lo que tiene que ajustarse, que no es otra cosa que el mantenimiento del modelo descrito por Platón. La función del buen gobierno es conservar, hacer inmutable el Estado perfecto, como inmutable es la idea de Bien y de Justicia en la que se sustenta.

"-Afirmo -dije- que una manera de gobierno es aquella de que nosotros hemos discurrido, la cual puede recibir dos denominaciones; cuando un hombre solo se distingue entre los gobernantes, se llamará reino, y cuando son muchos, aristocracia .
-Verdad es -dijo.
-A esto lo declaro como una sola especie -observé-; porque, ya sean muchos, ya uno solo, nadie tocará a las leyes importantes de la ciudad si se atiene a la crianza y educación que hemos referido.
-No es creíble -contestó".

PLATÓN La República Libro IV fuente:Wikisource

La formas degeneradas de gobierno

En definitiva Platón aboga por la conservación frente al cambio. No podía ser de otra forma, dado que el cambio es degeneración. Por este motivo, aparecen señalados en La República las distintas formas de gobierno injustas, como formas surgidas por degeneración (cambio) de la forma perfecta de gobierno. En el Libro VIII (apartado III y ss) de la República hace referencia a otro tipos de regímenes con mayor o menor proximidad al gobierno ideal. Estas formas de gobierno las expone como un sucesiva degeneración del gobierno ideal, y son la siguientes:

  • La oligarquía timocrática. Ésta surge al dejar de procrear los magistrados del gobierno ideal y unirse con los militares para poder seguir gobernando. Los militares toman el poder y, fruto de su educación, estarían más preocupados por resaltar los valores personales de los guerreros que por los intereses del Estado. Esta forma de gobierno mantendría el orden, pero no el fundamento del mismo, ya que al no conocer la Idea de Bien no conocerían la verdadera justicia.
  • La oligarquía plutocrática. Se genera a partir de la acumulación de riquezas por parte de los militares y al pasar el poder a sus hijos carentes de la educación austera de sus padres. Los hijos aprovechan la ventajas de las riquezas y se forma un gobierno gobernado por ricos.
  • La democracia. Ésta surgiría a causa de la profunda división entre pobres y ricos generada por el gobierno anterior. Llegado a una situación insostenible, los pobres se revelarían ocupando el poder y repartiéndose anárquicamente las riquezas. En esta organización social, cada uno interpretaría la ley a su manera, prevaleciendo el interés individual y el desorden se convertiría en norma.
  • La timocracia. Sería una degeneración del anterior. Dado la situación de peligro generada por la democracia, el pueblo, harto de abandonarse a un desenfreno sin límites, se entregaría a un hombre, al que confiaría conseguir la unidad del Estado. Se crea así la tiranía, en ella ya no existe la ley, sino la voluntad de un individuo que decidiría conforme a sus intereses y caprichos.
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