2. Los sofistas. ¿Perversos relativistas?
Imagen 4. Boulé o Consejo del Areópago |
La aparición de la democracia en Atenas creó la necesidad de formadores que educaran a los ciudadanos atenienses en los asuntos públicos y de gobierno. Ahí aparecen los sofistas para ocuparse de ello, convirtiéndose en los referentes intelectuales de Atenas del s. V y IV.
Los sofistas formaron un amplio grupo de intelectuales, maestros y filósofos griegos, que tuvieron gran influencia y que, más que formar una escuela, compartían unos rasgos comunes como maestros de retórica y de cultura general. De hecho, sería un error pensar que los sofistas fundaran alguna especie de escuela filosófica, ya que la mayoría de ellos, aunque hay notables excepciones, no estaban especialmente interesados por cuestiones filosóficas, sino que su ocupación fundamental era la enseñanza de la retórica y la preparación para el éxito social.
Podemos decir, que sofista es sinónimo de sabio. El sofista es aquel que posee un saber general a cerca de las cosas y los asuntos humanos, que se traduce en la capacidad para gobernar y para aconsejar con prudencia y acierto. Fundamentalmente fueron educadores dedicados a la enseñanza de la oratoria y de la virtud, entendida esta última como triunfo personal en la buena gestión de los asuntos de la polis. Su filosofía no es especulativa, sino práctica, y refleja lo que hoy denominaríamos una filosofía de la cultura (política, religión, lingüística, sociología y moral).
La crisis de la democracia y sobre todo los fracasos del gobierno de los demagogos, hizo que los sofistas adquirieran una mala prensa, de perversos relativistas, capaces de defender una postura u otra según sus intereses personales, utilizando para ello argumentaciones aparentemente verdaderas (sofismas) para conseguir sus intereses. Si además, los relacionamos con la muerte de Sócrates, tenemos ya creada la leyenda de estos seres perversos.
¿Que hay de cierto en todo ello? Ya hemos dicho, que existió una disparidad entre los sofistas, y por tanto no todos los sofistas eran iguales. Aunque esta acusación tiene su parte de razón, sobre todo en la época del gobierno de los demagogos, pero no es una característica que pueda extenderse a todos los sofistas, al menos a aquellos que desarrollaron ideas de carácter filosófico.
CARACTERÍSTICAS GENERALES
A pesar de las mencionadas diferencias, y a pesar de que los diferentes sofistas no forman una única escuela, en general comparten varios rasgos teóricos. Aunque estos no son compartidos por todos y de la misma forma, podemos decir que vienen a representar el punto de referencia de la filosofía sofista.
En relación con el relativismo existe una curiosa paradoja denominada tradicionalmente "La Paradoja de Protágoras"
«Euatlo era un joven sin recursos económicos que deseaba estudiar con Protágoras con la idea de dedicarse a la abogacía. Protágoras, que apreciaba la inteligencia del joven, le propuso que asistiera a sus clases y que una vez ganara su primer pleito ejerciendo de abogado, le abonara sus honorarios. El joven estuvo de acuerdo en el arreglo. Euatlo, efectivamente, asistió a todas las lecciones pero, cuando acabó su formación, anunció que finalmente no se iba a dedicar a la abogacía, sino a la política, y que, por tanto, no estaba en obligación de pagar sus honorarios, pues jamás ganaría un pleito. Protágoras amenazó al estudiante con un pleito y el joven argumentó:
- Si vamos a juicio, Protágoras, y yo gano, por este mandamiento judicial, no te tendré que pagar; si pierdo, dado que aún no habré ganado mi primer pleito, y esta era nuestra condición, tampoco tendré que pagar. Así, pues, Protágoras, no te conviene ir a juicio: seguro que lo perderás.
A lo que Protágoras replicó:
- Si vamos a juicio, Euatlo, y yo gano, por este mandamiento judicial, me habrás de pagar; si pierdo, tú habrás ganado tu primer pleito y por razón de nuestro antiguo pacto, me habrás de pagar.»
¿Quién tiene razón?
Realmente, la filosofía de Gorgias es demoledora. Si Parménides había establecido una identificación entre ser, pensar y ser comunicado, Gorgias niega dicha identificación. Así el pensamiento de Gorgias gira en torno a estas tres famosas tesis, que socaban el pensamiento de Parménides:
Nos fijamos ahora en la tercera tesis. ¿Te animas a analizar y criticar esta tesis de Gorgias y sus argumentaciones? Veamos como demuestra Gorgias tales afirmaciones.
Demostración: La demostración de Gorgias de esta tesis se basa en los siguientes argumentos:
Las palabras son un elemento de comunicación que trasmiten la experiencia del hablante. Pero puesto que la experiencia de la realidad del emisor y el receptor es diferente (cada uno tiene la suya), la palabra no puede comunicar la realidad.
Realidad y palabra son dos cosas distintas. Por eso cuando nos comunicamos solo manifestamos palabras y no la realidad.
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