2.1 La disputa entre naturaleza y cultura

Icono IDevice A modo de aclaración

Seguro que recuerdas haber estudiado en primero el tema de la naturaleza y la cultura. Bien, pues éste es el tema central sobre el que gira el debate ideológico en este momento. No es un debate solo entre los sofistas, si no que como ya veremos en él estará implicado Sócrates y posteriormente Platón.

Tampoco es un debate puramente teórico, si no que tiene implicaciones prácticas, ya que en el fondo, lo que se está debatiendo es el valor de las leyes, de las costumbres, de la cultura en definitiva. Y sobre todo, lo que se plantea es, hasta que punto las leyes morales y las normas de la polis tienen una justificación y con ello una obligatoriedad en su cumplimiento.

Como verás, esta discusión no es diferente a la que se presentó anteriormente en la ficticia historia de Soraya. Si te fijas en nuestra situación actual, te darás cuenta que es un debate que perdura en la actualidad. Para muestra un botón, repasa un poco los arículos de prensa sobre el tema de la implantación en los centros de enseñanza de la asignatura "Educación para la ciudadanía" y verás cómo en el fondo de la cuestión late un problema similar.

EL ENFRENTAMIENTO ENTRE NOMOS Y FISIS

El término "Nomos" tiene diferentes significados: opinión colectiva (forma de pensar de un grupo), costumbre o uso social y ley de un grupo social (constitución de una polis). Pero en líneas generales se entiende como aquello que se opone claramente al termino "Fisis" (naturaleza) y no es producto de ella.

Desde esta perspectiva, se va a analizar el valor y origen de las normas morales, a la vez que se realizará una crítica de la cultura, entendida ésta, como aquello que no es producto de la naturaleza.

Los sofistas consideraron el Nomos como creación humana. Esto fue debido a un conjunto de factores.

Análisis de estos factores.

  • El contacto con otras culturas. En estos momentos, Atenas era una ciudad abierta, que absorvía la llegada de de personas de diferentes lugares. Además su expansión colonial le permitió mantener contactos con otros pueblos. Este hecho permitió conocer diferentes culturas y percatarse de dichas diferencias y con ello tomar conciencia del relativismo cultural.
  • La experiencia ateniense en el cambio de legislaciones, también les permitió tomar conciencia de que las leyes son creaciones humanas.
  • La falta de fundamento natural de las leyes, sobre todo, dada la imposibilidad de hacerlo desde una filosofía mecanicista, como la de los atomistas, dominante en esa época. Desde esa perspectiva, era difícil considerar las leyes como un plan natural, puesto que en la naturaleza no existían planes, ni finalidades.

Sin embargo, a pesar de este aspecto convencional de las leyes, los sofistas no presentaron posturas uniformes, respecto a la validez de las mismas. Ya que, mientras algunos defendieron la cultura como un logro frente a los límites de la naturaleza, otros consideraron la cultura como un freno no deseable de las tendencias naturales, es decir como un limitación de la libertad natural. Por otro lado, tampoco estaba claro a qué intereses respondían las leyes y a quiénes beneficiaban.

Icono de iDevice Reflexionando sobre la actualidad de estos planteamientos

Comencemos por indicar de forma genérica alguna de las posiciones más importantes de los sofistas.

La cultura como elemento de progreso

La cultura no forma parte de la naturaleza humana, sino que surge por la necesidad de sobrevivir, primero solventando las necesidades básicas (saber técnico) y después solventando las necesidades de convivencia (saber político y moral). Sin esta cultura el ser humano no podría sobrevivir. En este sentido la cultura es un elemento de progreso respecto a la naturaleza y que redunda en beneficio de todos. Esta es la postura defendida por Protágoras y una gran mayoría de los sofistas y pensadores del s. V.

La cultura como defensa del interés de los más fuertes

Es la postura de Trasímaco o de Galucón. Las denominadas leyes justas son las que imponen los poderosos en función de sus intereses. Luego, justo es lo que interesa a los poderosos e injusto es lo que interesa a uno mismo. Por tanto, en muchos casos es más conveniente ser injusto que justo.

Por otro lado, las personas no cumplen la ley por justicia, sino por el miedo a ser perjudicado. Y como afirma Glaucón, si un hombre pudiera ser invisible, no actuaría por nomos, es decir cumpliendo las leyes, sino por naturaleza, dando rienda a sus instintos y pasiones.

Así, tenemos una clara oposición entre fisis y nomos. Lo que es bueno por naturaleza es injusto por cultura y al contrario, lo que es justo por ley es malo o injusto por naturaleza.

La cultura como defensa del interés de los débiles

Como afirma Calicles, los que imponen las leyes son la mayoría, es decir, los débiles, ya que así se sienten importantes poseyendo lo mismo que los fuertes, y haciendo que los fuertes se sometan, como ellos, a la ley.

La cultura como contraria a la naturaleza

Desde el punto de vista de la naturaleza, bueno es lo que favorece la vida y malo lo que le perjudica. El nomos o la cultura establece comportamientos que producen malestar y dolor, y por tanto, son contrarios a la vida y con ello a la naturaleza. Por otro lado, el nomos se presenta como imperfecto, ya que no impide que se produzcan daños en los ciudadanos, como robos, asesinatos, etcétera. Esta es la postura defendida por Antifonte.

Bueno, ahora puedes sacar tus conclusiones. Fíjate como estas posturas no son tan ajenas a algunas posiciones o tesis actuales. Te animas a pensar sobre ello. Haz clic sobre el botón inferior y descubrirás qué es lo que tienes que hacer.

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