El Dios necesario y los seres contingentes
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Imagen 35. Dios creando a Adan
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Una de las cuestiones que diferencian a Dios de los seres creados es, que mientras Dios es el único ser necesario, los demás entes, son
contingentes.
La contingencia de los seres creados hizo que el Aquinate estableciera
una distinción entre lo que las cosas son (esencia) y el hecho de que
existan o no (existencia). Con ello intenta resolver una de las cuestiones que más había
preocupado a los filósofos cristianos, disponer de elementos conceptuales que permitieran diferenciar a Dios de los
seres creados.
Los seres creados son seres contingentes ya que su existencia no
pertenece necesariamente a su esencia. Sólo Dios es el ser necesario (el que
no puede no existir), ya que en él esencia y existencia se identifican. Mientras que en Dios ser (acto de ser o existencia) y esencia se identifican, no
ocurre lo mismo en el resto de los entes creados, los cuales están
compuestos de esencia y ser. Los seres creados participan del ser en
distintos grados, según la capacidad de ser de sus respectivas esencias. Esto es debido a que Dios es el único ente cuya esencia
engloba su existencia, mientras que los demás seres reciben su
existencia de fuera.
Sobre la esencia y existencia
Según Tomás de Aquino, todo ente es un compuesto de esencia y
existencia.
La existencia es el nombre abstracto del verbo existir,
significa propiamente, el que algo se da en la realidad a partir de un
cierto origen.
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"(...), sólo se llama «ser» a aquello que tiene alguna realidad, (...)"
TOMÁS DE AQUINO El ente y la esencia, cap. I. Fuente: Luventicus
La esencia es entendida como lo que responde a la definición de cada cosa, es lo que los medievales llamaban quididad. También es entendida como determinación de una cosa o limitación de lo que una cosa puede ser.
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"Y, dado que lo que sitúa a una cosa dentro de un género o especie es lo que se expresa en la definición de qué es la cosa, los filósofos usan el término "quididad" por "esencia". Esto es lo que frecuentemente señala El Filósofo con la expresión: "lo que cada cosa es" [V], es decir, aquello que da a la cosa el ser lo que es".
TOMÁS DE AQUINO El ente y la esencia, cap. I. Fuente: Luventicus
Ser (existencia) y esencia no son dos cosas, sino dos principios constitutivos
de una misma cosa y que se comportan entre sí como la potencia y el
acto. Estos principio son inseparables, no se puede dar el uno sin el
otro.
Como ya hemos visto, Dios es el único ser necesario, mientras
que los demás entes, son contingentes; esto es debido a que Dios es el
único ente cuya esencia engloba su existencia, mientras que los demás
seres reciben su existencia de fuera. Sólo Dios es acto puro de ser, a su esencia le
corresponde su existencia; mientras que los seres finitos no reciben
la existencia de su esencia, sino que ésta es otorgada y por tanto
participada de la existencia de Dios.
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"Por lo tanto es claro que la existencia difiere de la esencia, a no ser que exista alguna cosa cuya esencia sea su propia existencia; esta cosa no puede ser sino una y la primera, (...)".
TOMÁS DE AQUINO El ente y la esencia, cap. V. Fuente: Luventicus
"En las sustancias la esencia se puede hallar de tres maneras. En primer lugar, hay una sustancia que es Dios, cuya esencia es su propia existencia,(...)"
TOMÁS DE AQUINO El ente y la esencia, cap. VI. Fuente: Luventicus
La esencia de Dios. Sus atributos
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Imagen 36. Los atributos de Dios |
Con respecto al conocimiento de la esencia de Dios, según Tomás de
Aquino, sólo podemos conocer de modo directo su existencia. Pero de
modo analógico podemos conocer sus atributos. Para ello hay que seguir
el siguiente proceso:
- Vía afirmativa: por vía afirmativa, a través de la causalidad,
afirmamos la existencia en Dios de la perfecciones que Él ha causado en
los seres finitos.
- Vía de negación: mediante la vía de negación, negamos la
existencia en Dios, de las características propias de los seres
finitos.
- Vía de la eminencia: elevamos por vía de la eminencia, al grado máximo, las perfecciones que atribuimos a Dios.
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"Cuando de algo se sabe que existe, falta por averiguar cómo es para
que se pueda llegar a saber qué es. Como quiera que de Dios no podemos
saber qué es sino qué no es, al tratar de Dios no podemos centrarnos en
cómo es, sino, mejor, en cómo no es. Por lo tanto, lo primero a tratar
será cómo no es; lo segundo, cómo es conocido por nosotros; lo tercero,
cómo llamarle.
El cómo no es Dios puede demostrarse no aplicándole todo lo que es
incompatible con Él: la composición, el movimiento y cosas parecidas.
Primero investigaremos su simplicidad, para lo cual no se le aplica la
composición. Y puesto que en las cosas corporales lo simple es
imperfecto y divisible, en segundo lugar investigaremos su perfección.
En tercer lugar, su infinitud. En cuarto lugar, su inmutabilidad. En
quinto lugar, su unidad".
TOMÁS DE AQUINO Suma Teológica Parte Ia - q 3 . Fuente: Hernán J. González
"Análogamente, aun cuando Dios sea tan solo existencia, no por ello carece de otras perfecciones o noblezas sino que posee cuantas pueda haber en los diversos géneros; por eso -como dicen El Filósofo [XXXIV] y El Comentarista [XXXV] en el quinto libro de la Metafísica-, es simplemente perfecto. Pero Dios posee las perfecciones en modo más excelente que todas las demás cosas, porque en Él son unidad mientras en ellas son diversidad. Y esto es así porque en Él, en razón de la simplicidad de su ser, todas convergen. Si alguien pudiera con una sola cualidad hacer las acciones propias de todas las cualidades, esa sola poseería todas las demás cualidades; así Dios en su propio ser posee toda perfección".
TOMÁS DE AQUINO El ente y la esencia, cap. VI. Fuente: Luventicus
Así mediante éste proceso obtenemos los siguientes atributos de Dios:
- Los atributos operativos:
- entendimiento
- voluntad
- creador
- providente
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El constitutivo esencial de Dios es
Ser Subsistente
(existe por si mismo).
- Los atributos entitativos:
- simplicidad
- perfección y bondad
- infinitud e inmensidad
- inmutable y eterno
- unicidad
- trascendencia divina