La diferencia entre Teología Natural y Teología Sobrenatural

Lo primero que tenemos que aclarar es el sentido y alcance de ambos términos, ya que ambos tratan sobre el mismo objeto (Dios). Como ya vimos en el tema anterior sobre fe y razón, la diferencia está en la facultad que se utiliza para tratar dicho objeto y en el nivel de conocimiento que se obtiene del objeto. El propio Tomás de Aquino establece la diferencia entre ambas teologías. Consultar Texto

La Teología Natural

La Teología Natural estudia a Dios como la causa de los entes finitos, y lo hace desde la luz natural de la razón. La Teología Natural forma parte de la metafísica. En ella caben dos dimensiones la ontológica (es la que corresponde a los entes limitados) considerados en cuanto entes; mientras que la dimensión teológica atañe al estudio de la Causa universal y primera de todos los entes, a Dios , en cuanto accesible a la luz natural de la razón.

Por tanto, el conocimiento que se obtiene sobre Dios es solo como causa suprema de los entes finitos y no en su pura esencia o deidad.

La Teología Sobrenatural

La Teología Sobrenatural estudia a Dios en sí mismo y en cuanto es trasmitido por la revelación. En este caso, la fuente de conocimiento es la revelación y se tiene un conocimiento de Dios como deidad. Consultar Texto de Tomás de Aquino

¿Teología Natural o Teología Sobrenatural?

Imagen 31. Claustro medieval

Tomás de Aquino, como creyente, hace una única Teología, ya que su punto de partida es la fe y el conocimiento de Dios adquirido mediante dicha fe (revelación). Si nos fijamos en la Suma Teológica, una de sus obras fundamentales, podemos observar que toda ella se fundamenta en dicha revelación. No obstante, Tomás de Aquino se sirve de la Teología Natural para llegar a algunas conclusiones que sirven de apoyo para la revelación (la primera parte de la Suma Teológica) o para extraer algunas ideas (implícitas) en la revelación, pero que no se manifiestan explícitamente (el resto de la Suma Teológica). Consultar Texto de Tomás de Aquino

La teología natural se ocupa en primer lugar de demostrar la existencia de una causa primera del ente finito, a la cual llama Dios. Para ello se plantea, en primer lugar, la posibilidad de la demostración de la existencia de Dios. Tomás de Aquino confirma esta posibilidad, rebatiendo las objeciones que se le ocurren más probables desde los presupuestos de su metafísica. Dichas refutaciones constituyen al mismo tiempo la guía para establecer el método adecuado de demostración: la demostración a posteriori, a partir de los efectos de Dios. Tomás no considera válida la demostración a priori a partir del concepto divino, porque este concepto, aunque claro en sí mismo, no lo es para el ser humano en su vida terrena.