3.1. La explicación del movimiento

La explicación aristotélica del movimiento:

Si Platón es el filósofo de lo inmutable, en el fondo un seguidor de Parménides, Aristóteles es el filósofo del cambio, un forofo de Heráclito. No obstante, en el interior de Aristóteles sigue sonado la voz de su maestro Platón.

Para Aristóteles el movimiento o el cambio es una propiedad característica de los seres físicos (naturales) y mientras otros filósofos lo consideraron como desintegración o deterioro de la materia, él lo entendía de forma perfectiva (perfección), ya que el movimiento es el resultado de la tendencia de la naturaleza a desarrollarse, es decir a perfeccionarse.

Imagen que representa el verano y el invierno a partir de una composición de pinturas de Giuseppe Arcimboldo
Imagen 7. Verano e invierno

De los tipos de cambio o movimiento

Aristóteles distingue dos tipos de cambio:

  1. El cambio sustancial: es aquel que supone una modificación fundamental de una sustancia, se refiere, por tanto, a la generación y corrupción de las sustancias.
  2. El cambio accidental o movimiento: es aquel que no afecta a la sustancia, sino a sus accidentes. La sustancia es el substrato o carácter subsistente del sujeto, es decir lo que existe por sí, sin depender de nadie. Los accidentes no existen por sí, sino que dependen de la sustancia (se trata en elapartado siguiente). Dependiendo de la clase de accidentes que sean modificados, Aristóteles clasifica en tres los cambios accidentales:
    1. cuantitativo: afecta a la cantidad. Es el crecimiento y la disminución de una substancia o de un accidente de la misma.
    2. cualitativo: es el cambio en las cualidades de una substancia.
    3. locativo: es el cambio de lugar o de traslación.

De los principios intrínsecos del movimiento

Aristóteles estableció que los principios del movimiento son tres:

  • la materia o substrato y
  • los contrarios:
    • la forma y
    • la privación.

Algunos filósofos ya habían intentado explicar el cambio mediante los contrarios, pero como ya hemos dicho esto era insuficiente para Aristóteles, puesto que no es posible el paso de un contrario a otro, así en todo cambio debe haber algo que permanece (LA MATERIA).


La materia es el elemento a partir del cual, como elemento constitutivo, deviene (cambia, se modifica o surge) algo. También es el término final al que va a parar lo que se destruye. La materia es lo que permanece presente, lo que subsiste bajo todos los cambios como substrato. Así pues, los contrarios tienen un soporte, la materia, y por tanto, no hay paso del ser al no-ser, sino de un contrario a otro en una misma materia.

La materia también constituye el principio de diferenciación entre los individuos de una misma especie. Puesto que todos tienen la misma forma (esencia), la diferencia estriba en la materia.

La forma es aquello en virtud de los cual algo se determina estructuralmente en lo que es, es el principio de determinación de la materia.

La forma y la materia constituyen la realidad física, garantizando la unidad y multiplicidad del ser-en-movimiento. No existen de forma separada, no hay materia sin forma, ni forma sin materia. Los seres físicos son un compuesto de materia y forma. A esto es a lo que se denomina TEORÍA HILEMORFICA de Aristóteles.

La privación es aquella forma que un ente no posee, pero que puede llegar a poseer. Es una forma de no-ser relativa, no es en un determinado momento, pero puede llegar a ser. (En esto radica la superación de Parménides).

De la potencia al acto

Para entender mejor esto, haremos referencia a dos conceptos fundamentales en el pensamiento aristotélico, son: acto y potencia.

La potencia expresa el repertorio de posibilidades que aún no están realizadas. La potencia es el poder ser, el poder llegar a ser algo distinto. La potencia está ligada a la materia, que es su reserva constitutiva.

El acto es el modo de ser que ha llegado a ser lo que es, ya sea de forma relativa (energía), que no ha llegado a desarrollar todas sus potencialidades, o de forma plena (entelequia), que ha desarrollado todas sus potencialidades.

De esta forma es posible explicar el movimiento como el paso de la potencia al acto, es decir, como la actualización de alguna de las potencialidades que tiene un ser. Así, el movimiento no es el paso del "ser" al "no-ser", como afirmaba Parménides, sino la actualización de lo que aún no es, pero que sí puede llegar a ser. O dicho de otra manera, el paso de la privación relativa de la forma a la adquisición de la misma, que ese ser posee potencialmente. En este sentido, el movimiento es un acto inacabado (energía), que consiste en estar en potencia.

Por tanto, podemos afirmar que los conceptos de materia y forma junto a los de acto y potencia son los elementos básicos del pensamiento aristotélico que permiten explicar la realidad y el movimiento.

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