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El pasado sábado, en una mañana de primavera ya asentada, de esas en las que ya el sol calienta, y en la que los ciudadanos aprovechan para pasear por las monumentales calles cacereñas, la Filosofía se echó a la calle y tomó la palabra de mano de un grupo de filóso@s extremeñ@s, convocados por La Asociación de Filósofos Extremeños (AFEX) y La Plataforma de Defensa de la Filosofía de Extremadura (PDFex).

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Fue una bonita jornada en defensa de la Filosofía, frente al futuro negro que con el proyecto de la LOMCE se avecina. El proyecto de la LOMCE reduce a la Filosofía a la mínima expresión. Parece ser que no es de ningún interés que se eduque en la formación de un pensamiento crítico y racional, en la reflexión sobre lo bueno y lo malo, la vida o los fundamentos de nuestra cultura. En definitiva la Filosofía no les parece útil a los responsables de este proyecto educativo. Y ciertamente no lo es como decía Ortega y Gasset en el texto que tuve el honor de leer en este acto, al menos no es útil para sus intereses.

La física sirve para muchas cosas, mientras que la filosofía no sirve para nada. Ya lo dijo conste, un filósofo, el patrón de los filósofos, Aristóteles. Precisamente por eso soy yo filósofo: porque no sirve para nada serlo. La notoria inutilidad de la filosofía es acaso el síntoma más favorable para que veamos en ella el verdadero conocimiento. Una cosa que sirve es una cosa que sirve para otra, y en esa medida es servil. La filosofía, que es la vida auténtica, la vida poseyéndose a sí misma, no es útil para nada ajeno a ella misma. En ella, el hombre es solo siervo de sí mismo, lo cual quiere decir que solo en ella el hombre es señor de sí mismo. Mas, por supuesto, la cosa no tiene importancia. Queda usted en entera libertad de elegir entre estas dos cosas: o ser filósofo o ser sonámbulo”.

 

ORTEGA Y GASSET “Bronca en la física” en Periódico la Nación 1937

Fue una emocionante jornada, en la que se mezcló la rabia, la pasión y el amor. Rábia contenida y manifiesta porque sencillamente no terminamos de entender el sentido de esta castración. ¿Quién teme a la Filosofía? Pasión y amor por la sabiduría, de la que muchos hemos hecho uno de los objetivos de nuestra vida.

Así en una mañana de mayo los filósofos abandonaron su espacio cotidiano y se echaron a la calle, para mostrar a los ciudadanos la importancia de la Filosofía y los ciudadanos los escucharon y agradecidos los ovacionaron con sus aplausos.

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