Aula de Filosofía

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4.- LA ALIENACIÓN Y LA IDEOLOGÍA

 

* La alienación

 

Había comentado al inicio de este tema, que la situación de alienación del ser humano es el elemento directriz del pensamiento de Carlos Marx. Creo que ahora estamos en condiciones de explicar este concepto. Este concepto tiene diferentes significados, pero el que a nosotros nos interesa, hay que comprenderlo desde la perspectiva idealista, que se inicia en Fichte y Hegel.

Para Hegel, la alienación es el momento dialéctico de la escisión de la Idea, por el cual la Idea sale de si misma y se objetiva en la Naturaleza, constituyéndose en algo extraño a sí misma. Así pues, alienación tiene el sentido de exteriorización, exteriorización que a su vez trae consigo una desposesión de sí mismo, con lo cual es, también, una enajenación.

Feuerbach , también maneja este concepto, pero desde una perspectiva diferente. La perspectiva desde la que Feuerbach aborda la alienación es desde la religión. Entiende la alienación como la alienación religiosa, que supone la proyección del ser humano fuera de sí, objetivandose en un ser superior (Dios), al cual tiene que someterse. Es decir, Dios no es más que la proyección del ser humano fuera de si, constituida en una entidad superior a la que el hombre se somete. Sólo cuando el hombre se da cuenta de que Dios es un puro ser pensado, se atribuye a sí mismo esas cualidades y negando a Dios se reconcilia consigo mismo, dejando de estar alienado.

Marx mantiene inicialmente este concepto de alienación religiosa, pero seguidamente comprende, que la alienación fundamental es la alienación económica. La alienación religiosa no es más que una alienación secundaria producto de la alienación fundamental del obrero excluido de la propiedad y obligado a vender su trabajo como mercancía. Este giro en torno a la alienación es debido a la influencia del socialista alemán Hess.

Así, para Marx la alienación se entiende en relación con la actividad productiva. El objeto resultante de la actividad productiva, no es considerado como suyo, sino que deviene propiedad de otro (patrono). El objeto producido por él, se convierte en algo extraño a la persona que lo produce. Por tanto, el trabajador se relaciona con el producto de su trabajo como con un objeto extraño. Fruto de esta situación el trabajador se encuentra alienado al ser desposeído de su propia obra.

En esta relación de producción el hombre también está alienado, pues es convertido en mercancía, es cosificado, y, puede venderse en el mercado. Así, el trabajo se convierte en algo externo el trabajador, no pertenece a su ser. Por eso, el trabajador sólo se siente en si fuera del trabajo. Por otra parte, el trabajo es algo forzado, en la medida que no es la satisfacción de una necesidad, sino un medio para satisfacer necesidades. Esta pérdida de posesión de su trabajo le lleva a sentirse libre solamente en sus funciones animales, y en cambio, en sus funciones humanas se siente como animal.

Esta alienación es causada por la estructura de la actividad productiva propia de la sociedad capitalista.

A su vez, la alienación económica promueve otras formas de alienación: como la social (división de clases), la política (división sociedad civil Estado). Al igual que también se genera otro tipo de alienaciones como la religiosa y la filosófica-jurídica, legitimadoras de las relaciones sociales y de los modos de producción.

A partir del Capital, Marx, ya no considerada la alienación como desdoblamiento o desgarramiento del hombre consigo mismo, si no como división de la sociedad y antagonismo de clases. La superación de la alienación sólo es posible por la lucha revolucionaria. Incluso la misma expresión alienación será empleada cada vez con menor frecuencia, a medida que el análisis histórico sustituye a la especulación y se da un contenido científico a la alienación del trabajo. La teoría del valor, y, la teoría de la plusvalía constituyen la superación la teoría del trabajo alienado.

No obstante la idea medular de la alienación está presente también en el Capital, apareciendo ahora no como una contradicción entre una forma de trabajo históricamente dada y la esencia productiva del hombre, sino como una contradicción entre el producto del trabajo humano en cuanto mercancía y el proceso social que hace posible su aparición. El trabajo es el proceso de objetivación del hombre, pero no es el trabajo el que produce la alienación, sino la división del trabajo, que parcela y mutila a los hombres en el proceso capitalista.

La reconversión del concepto de alienación se realizó, en el sentido de abandonar la significación antropológica por una significación estructural. De significar el fenómeno de desnaturalización y deshumanización del trabajador, pasó a significar las estructuras económicas y las condiciones sociohistóricas que producen esta deshumanización. Esto explica el abandono parcial del término alienación y el uso creciente del término fetichismo.

Al analizar tanto la producción, como las relaciones socialesde producción, se descubre que, bajo la apariencia de igualdad de la lógica mercantil, existe una desigualdad estructural, unas relaciones de producción que oponen el trabajo al capital.

 

* La ideología.

 

El concepto ideología tiene para Marx un sentido negativo. Con él se refiere a un conjunto de ideas que dan una imagen o representación falseada de la realidad y de las condiciones en que se desarrolla la vida de los hombres.

La ideología es producto de la sociedad y su función es la de ocultar, desfigurar conceptualmente una situación de la existencia real, social e histórica de los hombres. A esta situación la denomina el marxismo alienación.

Aunque, según Marx, las ideologías nacen con la división del trabajo. Podemos establecer un estado preideológico.

En esta primera etapa, el hombre se encuentra sometido a las fuerzas naturales: su relación con la naturaleza es casi animal, porque todavía no ha sido transformada por el hombre. Éste no conoce las fuerzas naturales y está dominado por ella. Ante esta situación, el ser humano sacraliza las fuerzas de la naturaleza y establece una relación religiosa con la naturaleza. En esta situación preideológica están fundadas las ideologías que aún no están formadas.

Las ideologías propiamente dichas, como formas de conciencia deformadas, nacen con la auténtica división de trabajo (trabajo intelectual/trabajo manual). En este momento comienza la posibilidad de que la conciencia se separe de la práctica social, el ser humano se dedica a crear teorías puras, precisamente por estar separado de la práctica social de producción. Estos son los que crean las formas de conciencia y hacen que las otras personas tomen como real lo que no es sino producto de su imaginación.

Así, la ideología es un producto deformado en la mente de los hombres, de unas relaciones sociales deformadas, porque los seres humanos no acaban de dominar la naturaleza ni sus relaciones sociales, y por eso acuden a construcciones mentales que toman como reales, pero que no son sino producto de su imaginación.

Aunque lo fundamental de las ideologías consiste en falsear la realidad, podemos destacar dos tipos de ideologías:

  • La ideología política : consistente en declarar al pueblo soberano y a todos los ciudadanos libres e iguales. 

El falseamiento es manifiesto: el pueblo es soberano, según lo afirman las constituciones de los Estados, pero la soberanía del pueblo, la libertad y la igualdad son puramente formales porque no alcanzan a la persona real y concreta.

El Estado, teóricamente, es el árbitro de las diferencias entre los ciudadanos, es el que tiene que estar por encima de las diferencias particulares de los individuos. Pero, lo que realmente ocurre, es que el Estado es un instrumento de opresión en manos de la clase dominante.

 

  • La ideología religiosa: al igual que la ideología filosófica, crea sus propios objetos que carecen de consistencia real. Sólo son productos imaginarios de los hombres que proyectan en las nubes su subordinación a la naturaleza y a sus propias relaciones sociales.

La diferencia entre la ideología religiosa y la filosófica es de grado. La religiosa es más primitiva y la filosófica es más evolucionada.

La ideología que predomina en una sociedad es la ideología de la clase dominante. Esta clase dominante, que posee los medios de producción, refleja espontáneamente su situación social y elabora inconscientemente una teoría acerca de la sociedad y del ser humano, con el objetivo de justificar sus intereses, justificar el modo de producción existente y justificar el dominio de la clase dominante.

Más tarde, cuando la lucha de clases se agudiza, la clase explotada toma conciencia de sí misma y de sus propios intereses, elaborando una nueva ideología contrapuesta a la de la clase dominante, para justificar la lucha de los explotados y para justificar un nuevo modelo de sociedad.

Las ideologías, por tanto, juegan un papel fundamental, justificar la situación de la clase que domina en la sociedad.

Las ideologías desaparecerán cuando termine la subordinación de los hombres a las fuerzas sociales, cuando puedan autodeterminarse con plena libertad. Es decir, las ideologías no desaparecerán hasta que no se instaure la sociedad sin clases, la sociedad comunista. Por tanto, cuando desaparezca la situación de alienación.
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