7. Gullermo de Ockham. La separación de fe y razón

Icono IDevice Un franciscano rebelde
Imagen 19. Ockham

Guillermo de Ockham (? -1394) viene a representar lo que se ha denominado via moderna, no porque realmente se encuentre dentro de la modernidad, sino porque entorno a él se aglutina un pensamiento filosófico opuesto a la via antigua (escuelas procedentes del siglo XIII).

Este franciscano, del que no se sabe con certeza su fecha de nacimiento ni su lugar de nacimiento (ya que mientras algunos afirman que nació en Ockham, otros mantienen que Ockham es un mero apellido), puede ser considerado como un heterodoxo con respecto a la postura oficial de la Iglesia:

  • Acusado de herejía por 56 proposiciones del Comentario de Ockham a las Sentencias.
  • Alineado con Miguel de Cesena, general de los franciscanos, en discrepancia con el papa Juan XXII, por el asunto de la pobreza evangélica, terminó por ser excomulgado.
  • Apoyó al emperador Luis de Babiera en la lucha entre el emperador y el papa, en favor de la separación de poderes.
Aunque el aspecto que más nos interesa es cómo Ockham se separa de la anterior tendencia que pretendía establecer una síntesis entre razón y fe, abogando por una separación de ambas.

 


La separación fe razón

Lo característico de la postura de Ockham, reside en el abandono de ese espacio común a la fe y a la razón, que mantenía Tomás de Aquino. Ambas son fuentes de conocimiento diferentes y con distintos contenidos, con lo cual el ámbito de la razón queda reducido y ésta no posee ninguna posibilidad de acceso ni demostración de los contenidos de la fe. En tal sentido, Ockham defiende la imposibilidad de la demostración racional de la existencia de Dios y de la inmortalidad y existencia del alma.

Pero para entender el porqué Ockham separa de forma radical estos ámbitos hay que tener presente otros aspectos de su pensamiento:

 

Algunas ideas centrales de la filosofía de Ockham

  • La exaltación de la omnipotencia y libertad de Dios, lo que implica la imposibilidad de existencia de un orden de esencias que conduzca hasta Dios, ya que ello implicaría poner límites a Dios y determinado a crear lo que de alguna forma está establecido por las esencias.
  • Dios no crea a partir de esencias o universales, crea entes individuales y por tanto no existen universales, salvo entendidos estos como meros conceptos o términos lingüísticos.
  • Solo mediante intuición (conocimiento directo) tenemos conocimiento de la realidad. La intentio (realidad en la mente) singularis como captación inmediata clara y distinta de lo real individual y la intentio generalis como captación inmediata confusa de ciertos rasgos comunes a las cosas, que se produce a la vez que la intentio singularis.
  • El concepto formado en la mente es un mero símbolo natural de la realidad, que las personas fijan de forma arbitraria mediante palabras.
  • La fuente de todo conocimiento es la sensibilidad, única facultad que puede mostrar lo que existe.

La fe como creencia en lo que no se ve

Si la fe es la creencia en lo que no se ve, la razón es el conocimiento de lo que se ve. Por tanto, queda establecido el ámbito de separación entre fe y razón. La fe no puede ser alcanzar por la vía natural del conocimiento y la razón no puede mostrar ni demostrar las proposiciones de fe.

El ámbito racional queda reducido a aquello que es objeto de evidencia intelectual o sensible y la aquello que se puede deducir racionalmente de lo intuido. El ámbito de la fe queda circunscrito a todo aquello que no es ni puede ser conocido por la intuición. Ambos ámbitos son autónomos y ni se pueden apoyar ni negar entre si.

La razón nada puede decirnos sobre Dios, y no sólo no conocemos sus atributos, sino que tampoco podemos demostrar racionalmente su existencia. Esta última afirmación es consecuencia de su concepción sobre la causalidad, ya que la defensa de este principio no posibilita la afirmación de la existencia de la causa de un fenómeno; esto sólo es posible mediante la observación, y como mediante la observación no podemos afirmar que Dios sea la causa de los fenómenos (a Dios nadie lo ha visto), no podemos fundamentar la demostración de la existencia de Dios en el principio de causalidad, como hacía Tomás de Aquino.

La consecuencia de esta postura es que la teología no puede ser considerada como verdadera ciencia, ya que no puede demostrar sus afirmaciones fundamentales, convirtiéndose la religión en un saber práctico que conduce al hombre hacia su salvación. Esta circunstancia otorga una mayor libertad tanto a la fe como a la razón, pudiendo la fe eliminar el racionalismo y volver hacia la mística y pudiendo la filosofía centrarse en los problemas más específicos de la naturaleza y de la ciencia.

A partir de este momento, ya nada será igual. La filosofía y la ciencia emprenden de nuevo su vuelo con cierta independencia, llegando a convertirse en disciplinas autónomas. Incluso, como ya veremos más adelante, la filosofía terminará por constituir una religión racional (siglos XVII y XVIII) y finalmente defenderá una postura contraria a la religión, el ateísmo del siglo XIX. 

Icono IDevice Más sobre Ockham
  • Sobre la vida de Ockham
  • Sobre la separación fe y razón (ver apartado 6. Sobre Dios y la Teología a) La separación entre razón y fe)
  • Venerabilis inceptor, una interesante página sobre el contexto filosófico del s.XIV y la filosofía de Ockham

Icono de iDevice Repasando a Ockham

Si te facilito un listado de términos, ¿serías capaz de incluirlas correctamente en las casillas vacías del texto inferior? ¿Te animas?, pues ahí van los términos:

autónomos
evidencia fe intuición razón separación

 

Ockham establece una entre fe y razón. La no puede ser alcanzar por la vía natural del conocimiento y la no puede mostrar ni demostrar las proposiciones de fe. El ámbito racional queda reducido a aquello que es objeto de intelectual o sensible y a aquello que se puede deducir racionalmente de lo intuido. El ámbito de la fe queda limitado a todo aquello que no es ni puede ser conocido por la . Ambos ámbitos son y ni se pueden apoyar ni negar entre sí.
  
Sacando consecuencias del texto anterior, ahora ¿te atreves a indicar cuáles de las siguientes afirmaciones son verdaderas o falsas?
a) La razón nada puede decirnos sobre Dios.
Verdadero Falso
b) La razón nada puede decirnos sobre Dios, aunque si podemos demostrar racionalmente su existencia.
Verdadero Falso
c) No podemos fundamentar la demostración de la existencia de Dios en el principio de causalidad, ya que esto es solo posible mediante la observación, y mediante la observación no podemos afirmar que Dios sea la causa de los fenómenos.
Verdadero Falso
d) La teología es verdadera ciencia, aunque no pueda demostrar sus afirmaciones.
Verdadero Falso
e) La teología y la religión no son ciencia, tan solo son saberes prácticos que conducen al hombre hacia su salvación.
Verdadero Falso